Narrativa
Álvaro Cepeda Samudio

Narrador y periodista colombiano. Nació en Barranquilla en 1926. Se destacó como periodista, dirigió el Diario del Caribe. Se movió en la línea sin fronteras entre la narrativa y el periodismo, influenciada por la narrativa norteamericana contemporánea, que conoció cuando estudió periodismo en la Universidad de Columbia. Su intensa labor periodística se encuentra en los cientos de columnas, editoriales, escritos sobre política, cine, literatura, problemas de la ciudad y personajes queridos de la opinión. Perteneció al grupo de Barranquilla que se formó en 1946, sin ningún plan definido, alrededor del Catalán Ramón Vinyes en compañía de Gabriel García Márquez, Germán Vargas y Alfonso Fuenmayor. Por ellos organizó y publicó sus cuentos Todos estábamos a la espera (1954). En ese mismo año, publicó su novela La Casa Grande, que fue alabada por García Márquez por la calidad del lenguaje y la estructuración de los personajes. Murió en 1972 en Nueva York.
La Casa Grande




Poesía
Raúl Gómez Jattin (1945 - 1997) Colombia, Vivió su infancia en Cereté, un pequeño pueblo al norte de Colombia, fue profesor de bachillerato de las materias de Geografía e Historia. A los 21 años se trasladó a Bogotá donde comenzó a estudiar derecho en la Universidad Externado de Colombia. Allí, aparte de sus estudios se dedicó al teatro, participando como actor en varios montajes y haciendo adaptaciones de obras literarias que se dieron a conocer principalmente en la revista literaria Puesto de Combate. Después de vivir ocho años en Bogotá y sin terminar sus estudios de derecho regresó a Cereté. donde vivió deambulando en las calles, pasó varias temporadas en clínicas psiquiátricas y se dedicó a escribir poesía. En 1989 se traslada a Cartagena donde vive en las calles y parques, pasa otras temporadas en clínicas psiquiátricas e ingresa varias veces en la cárcel de la ciudad. El 22 de mayo de 1997 muere en Cartagena atropellado por un bus sin que haya sido posible determinar si se trató de un accidente o un suicidio.
Raúl Gómez Jattin
- Poemas (1980)
- Retratos (1980-1986)
- Amanecer en el valle del Sinú (1983-1986)
- Del Amor (1982-1987)
- Hijos del tiempo
- Esplendor de la mariposa (1993).
- Los poetas, amor mío... (1999) -Libro póstumo-.
- El libro de la locura (2000) -Libro póstumo-
Aqui tenemos un poema de Raúl Gómez Jattin.
El dios que adora
Soy un dios en mi pueblo y mi valle
no porque me adoren sino porque yo lo hago,
porque me inclino ante quien me regala
unas granadillas o una sonrisa de su heredad.
O porque voy donde sus habitantes recios
a mendigar una moneda o una camisa y me la dan.
Porque vigilo el cielo con ojos de gavilán
y lo nombro en mis versos.
Porque soy solo.
Porque dormí siete meses en una mecedora
y cinco en las aceras de una ciudad.
Porque a la riqueza miro de perfil
mas no con odio.
Porque amo a quien ama.
Porque sé cultivar naranjos y vegetales aún en la canícula.
Porque tengo un compadre
a quien le bauticé todos los hijos y el matrimonio.
Porque no soy bueno de una manera conocida.
Porque no defendí al capital siendo abogado.
Porque amo los pájaros y la lluvia
y su intemperie que me lava el alma.
Porque nací en mayo.
Porque sé dar una trompada al hermano ladrón.
Porque mi madre me abandonó
cuando precisamente más la necesitaba.
Porque cuando estoy enfermo
voy al hospital de caridad.
Porque sobre todo respeto sólo al que lo hace conmigo,
al que trabaja cada día un pan amargo y solitario y disputado
como estos versos míos que le robo a la muerte.
El dios que adora
Soy un dios en mi pueblo y mi valle
no porque me adoren sino porque yo lo hago,
porque me inclino ante quien me regala
unas granadillas o una sonrisa de su heredad.
O porque voy donde sus habitantes recios
a mendigar una moneda o una camisa y me la dan.
Porque vigilo el cielo con ojos de gavilán
y lo nombro en mis versos.
Porque soy solo.
Porque dormí siete meses en una mecedora
y cinco en las aceras de una ciudad.
Porque a la riqueza miro de perfil
mas no con odio.
Porque amo a quien ama.
Porque sé cultivar naranjos y vegetales aún en la canícula.
Porque tengo un compadre
a quien le bauticé todos los hijos y el matrimonio.
Porque no soy bueno de una manera conocida.
Porque no defendí al capital siendo abogado.
Porque amo los pájaros y la lluvia
y su intemperie que me lava el alma.
Porque nací en mayo.
Porque sé dar una trompada al hermano ladrón.
Porque mi madre me abandonó
cuando precisamente más la necesitaba.
Porque cuando estoy enfermo
voy al hospital de caridad.
Porque sobre todo respeto sólo al que lo hace conmigo,
al que trabaja cada día un pan amargo y solitario y disputado
como estos versos míos que le robo a la muerte.